Hay un grito en la noche
lagartos que pernoctan a orillas del río
soñando latitudes más cálidas
en completo silencio
Aparece un destello en el sueño del niño
y un agujero negro
se cansa de engullir
y de no generar materia
Existe un filo en el ojo del asesino
que camina a oscuras
por el callejón, aparentemente
a plena luz del día
apretando una empuñadura
Rompe por fin el agua
su prisión de roca en la montaña
cada primavera
llegando al final del verano al mar
anhelando contener el secreto
del veneno en cada una de sus venas
Veo una sombra en el espejo
y soy yo
y yo es el otro
o soy yo
o yo es el otro
y yo les miro
o ellos me miran
o yo no miro
y miran hacia otro lado
Así, me intoxico de sueño etílico
entre gritos,
destellos,
oscuridad,
veneno
y de silencio