Luces apagadas (aquellos que se vistieron de)
Mes: diciembre 2011
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De la misma manera,
que una planta echará su futuro hacia arriba
así eran todos sus futuros.
Los de aquellos treinta y seis muchachos estaban inscritos en aquella pizarra verde,
la señorita Pereda lo dijo. Amén.
En el transcurso de aquel itinerario tan vertical, tan perpendicular al suelo,
se produciría el cambio. Al ensombrecimiento del rostro le seguiría la craterización,
el envellecimiento de parte del cuerpo y
la posterior ida y venida de fluidos y demás líquidos ajenos a la infancia.
Algunos futuros pasan por los manuales de los Números Mágicos,
otros transcurren por el largo y sinuoso camino de Los Árboles de las Ciencias,
(la Medicus, la Alquimia Empresarial Práctica, la construcción de las Nuevas Grandes Maravillas del mundo y El Observatorio de los Fenómenos Atómicos e Increíbles),
al este del camino hacia el futuro se pueden hallar también el Valle de las Letras, La Montaña de las Ruedas Mecánico-Eléctricas y un largo casi interminable etcétera…
Largos futuros prometedores que pueden ser vislumbrados desde la colina de la niñez,
si te pones de puntillas, desde su inicio, hasta casi su final.
A medida que el camino va virando a izquierdas o derechas,
existen unas gafas de sol diferentes para cada ocasión.
Sin embargo,
por razones incomprensibles,
ininvestigables o inanalizables
otros futuros, son trasplantados
y crecen a lo largo y ancho de algún lugar extraño,
donde las gafas de sol y las máscaras
solamente son gafas y máscaras
un lugar desconocido / salvaje
del que poco se sabe
del que nada se sabe.
Después de aquello,
la cosa estuvo un poco caliente algunos días
la gente desconfiaba
se delataban unos a otros
todo parecía a punto de estallar
aunque, finalmente, no lo hizo
hubo quienes se quedaron sentados en un banco
dando de comer siempre a las aves del parque
y hubo quien siguió apostando a las cartas
jugándose lo que les quedara con un único as en la mano
hubo también aquellas personas que siguieron estando agradecidas
aunque hubo algunas de ellas que empezaron a preguntarse, ¿para qué?
hubo mucha gente que decidió seguir esperando a dios
y otros que, sin pensarlo, siguieron de parte del diablo
había chicas esperando ver llegar a sus chicos, desde su ventana, con un pan debajo
y, a su pesar, siguieron viéndoles venir siempre con un libro, o alguna otra tontería
igualmente, hubo quien quiso creer que llegaría
el momento en que su chico llegaría a casa con un libro debajo del brazo
y, desgraciadamente, siguió viniendo con un pan o mantequilla, hasta el fin de sus días
hubo quienes siguieron quejándose
ajenos a los acontecimientos que el cielo rojo y las nubes negras dictaban
hubo quienes no esperaban nada en especial
y pese a todo, en su mente confiaban en su secreta venganza
hubo quien siguió despierto hasta la madrugada
queriendo ver el amanecer algún día
y quienes nos acostábamos por las noches, sin imaginar
que las estrellas nos rozaban el cuello, mientras dormíamos
hubo aquellos que siguieron en la plaza, resignándose a dispersarse
y quienes, desde sus sofás, apiñados, agradecían lo poco que tenían
hubo alguien que caminaba por la acera mojada, una tarde
mientras el sol le seguía cegando todo el paisaje en la lejanía